Cuántas veces hablamos del daño que causa la mano del hombre en la naturaleza, en la destrucción de hábitat, o la extinción de especies y contaminación de los océanos, etc. Pero cuando descubrimos lo bueno que somos capaces de hacer por nuestro entorno, uno se reconcilia con la raza humana. Y este hermoso proyecto de los “puentes para animales” lo consigue.
El desarrollo de la humanidad ha llevado a invadir zonas de paso para los animales con carreteras o líneas férreas provocando obstáculos para su movilidad e incluso muertes. Pero nuestro ingenio ha encontrado la manera de corregirlo. La idea no en nueva, ya en la década de los 50 se empezaron a construir en Europa, Estados Unidos o Canadá puentes artificiales para que las especies salvajes pudieran moverse libremente.
Foto: Hipertextual
En la mayoría de los casos están pensados para las migraciones de grandes mamíferos, pero encontramos casos curiosos como el puente construido en Australia para el paso de cangrejos y el de Washington, el «Nutty Narrows Bridge», para facilitar el paso a las ardillas.
Una vez más la creatividad del ser humano asombra, para bien.
Firma: Mª José González, educadora del Museo.
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